El club de admiradores de Chávez

Para Venezuela, lo que está en juego es obvio: si a Hugo Chávez lo declaran ganador en las elecciones presidenciales del domingo, las fuerzas de la democracia sufrirán un golpe devastador. Suponiendo que sobrevive el cáncer, una vez reelegido, Chávez podrá consolidar su autocracia de izquierda, ampliar las milicias leales al gobierno, expandir el control que ejerce en los medios de difusión, nacionalizar un número aun mayor de empresas e intensificar la persecución política. Si Chávez roba abiertamente las elecciones, como Mahmoud Ahmadinejad robó las elecciones en Irán en 2009, es posible que los venezolanos respondan con protestas masivas que podrían producir una violencia letal. Prominentes partidarios del régimen, incluidos Henry Rangel Silva,  el ministro de defensa de Venezuela, y Adán Chávez, hermano del presidente y gobernador del estado Barinas, han indicado que una victoria de la oposición podría incitar un golpe militar o una lucha armada. El mismo Chávez ha advertido que podría desencadenarse una guerra civil.

Advertisement

El hombre que intenta poner fin a la revolución bolivariana, restaurar una genuina democracia, reducir la corrupción endémica y reconstruir la economía privada de Venezuela es Henrique Capriles, de 40 años de edad, ex gobernador del estado Miranda, que tiene la segunda mayor población de todo el país. Chávez, que tiene ahora 58 años, nunca tuvo que enfrentar un contendiente tan formidable ni una oposición tan unificada como los que enfrenta en este momento. Capriles es un político de centro con gran magnetismo al que, como informa el Sunday Telegraph, “asedian mujeres entusiastas que lo abrazan y a menudo le acarician la cara con cariño en las reuniones de oposición”. Capriles encabeza una coalición de partidos que están en contra de Chávez y a favor de la democracia y que se han unido para salvar a su país de la dictadura y de la ruina económica.

Una vez más, no sabemos si Capriles tendrá una verdadera oportunidad de ganar las elecciones. Las instituciones políticas más importantes del país (la corte suprema, la legislatura, el consejo electoral) están supeditadas a Chávez, que ha violado todas las normas que rigen las campañas electorales sin mayores consecuencias. De hecho, grupos de matones chavistas se han dedicado a crear disturbios en las reuniones de la  oposición y seguramente tratarán de intimidar a los votantes el domingo. Mientras millones de venezolanos están insatisfechos con la inflación rampante y la escasez de comida, electricidad y vivienda, para no mencionar una de las tasas de homicidio más altas del mundo, el régimen del gobierno se ha embarcado en un derroche preelectoral de dinero que ha hecho que suba su índice de aprobación.

Advertisement

Y hablando de la popularidad de Chávez, su club de admiradores en el exterior espera ansiosamente los resultados del 7 de octubre. Esas elecciones le importan ciertamente a Cuba, que recibe aproximadamente 115.000 barriles de petróleo venezolano a bajo precio gracias a un programa conocido comoPetrocaribe. Capriles ha hecho voto de eliminar esos subsidios y ha declarado que, si lo elijen presidente, “ni un solo barril de petróleo se enviará a otros países”. Si Capriles ganara la elección y cumpliera su promesa, la economía de Cuba sufriría un impacto devastador. De modo que podemos estar seguros de que el régimen de Castro hará todo lo posible para mantener a Chávez en el poder y al petróleo en circulación. Por eso, La Habana ha enviadofuncionarios comunistas a Venezuela para que asistan en la administración de instituciones clave del país, como las fuerza armadas, la policía y los servicios de inteligencia.

Nicaragua es otro país miembro de Petrocaribe que se ha beneficiado de los generosos subsidios de petróleo de Venezuela. Como ha notado The Economist, Venezuela compra además productos de exportación de Nicaragua “a un precio considerablemente alto”. Por ejemplo, en agosto de 2011, el periódico El Universal, con sede en Caracas, informó que mientras le pagaba a sus propios agricultores 3.774 dólares por una tonelada de café, el gobierno venezolano estaba pagando 6.000 dólares por una tonelada de café importado de Nicaragua. Venezuela importa, además, una cantidad creciente de ganado de Nicaragua. El país recibe ahora más de un 12.5 por ciento del total de las exportaciones nicaragüenses, comparado con menos del 1 por ciento en 2007, el año en que el jefe sandinista Daniel Ortega retornó a la casa de gobierno.

Advertisement

Petrocaribe incluye, además, a muchos países pobres del Caribe que han llegado a depender peligrosamente del petróleo que Venezuela les vende con descuento. El programa explica, ciertamente, por qué  Antigua y Barbuda, Dominica y Saint Vincent y las Granadinas se han hecho miembros de laAlternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), controlada por Venezuela, y también por qué Santa Lucía y Suriname se han convertido en “miembros invitados especiales” de ALBA.
Bolivia se hizo miembro de ALBA en 2006; Ecuador se integró tres años después. Los dos países sudamericanos tienen presidentes definitivamente chavistas que han adoptado el modelo de populismo autoritario de Venezuela. Si a Chávez lo destituyeran de su cargo por medio de las urnas, Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador) sufrirían un considerable revés.

La derrota de Chávez inquietaría también a la presidenta argentina Cristina Kirchner, que cuenta con Venezuela como uno de sus pocos íntimos aliados. En febrero de 2012, después que Argentina incautó inexplicablemente el cargamento de un avión de la Fuerza Aérea estadounidense que participaba en un ejercicio de entrenamiento policial, un alto funcionario del gobierno de la ciudad de Buenos Aires decía, lamentándose: “El único amigo que nos queda ahora es Hugo Chávez”. Venezuela le ha proporcionado a Argentina crucial alivio de la deuda y ahora la está asistiendo en su esfuerzo por extraer petróleo en las aguas vecinas a las Islas Malvinas (Falkland Islands), que son posesión de Inglaterra y han estado bajo el control de Londres desde 1833, aunque Buenos Aires también las reclama como suyas. (Inglaterra repelió eficazmente la invasión argentina de las Islas en 1982).

Advertisement

Entre tanto, las FARC colombianas han disfrutado de la asistencia de Venezuela durante más de una década. De hecho, el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos sancionó, por dar ayuda a las FARC, a varios altos oficiales del ejército venezolano, entre ellos al actual ministro de defensa Henry Rangel Silva. En los últimos años, Chávez supuestamente tomó medidas para reducir la presencia de las FARC en suelo venezolano —pero lo hizo, según mensajes electrónicos de la firma Stratfor difundidos por WikiLeaks, sólo después que Colombia capturara al cabecilla venezolano de la droga Walid Makled y usara su extradición para ejercer presión diplomática. (Makled reveló que docenas de oficiales venezolanos, entre ellos 40 generales, estaban conectados con su negocio de la droga, como lo estaban las FARC.) Además, este verano, numerosos residentes del estado de Apure, situado en el oeste de Venezuela,declararon al New York Times que los miembros de las FARC “circulaban todavía por el estado con alarmante impunidad”.

Más allá de América Latina, las elecciones de Venezuela pueden decidir si Caracas sigue siendo un aliado estratégico de Teherán. Con Chávez y Ahmadinejad en el poder, Venezuela e Irán aumentaron su cooperación económica, financiera, energética y militar. Eso le ha permitido al régimen iraní evadir las sanciones globales y ha contribuido a que el grupo terrorista Hezbollah, apoyado por Irán, expanda su presencia en América del Sur. (El año pasado, el Departamento del Tesoro estadounidense sancionó a la compañía estatal venezolana PDVSA por enviar gasolina a Irán. En 2008, ese departamento declaró que el régimen de Chávez “daba empleo y protección a personas que patrocinan a Hezbollah y reúnen fondos a su favor”.)

Advertisement

Capriles, que es nieto de sobrevivientes del Holocausto, ha criticado la alianza Caracas-Teherán. En una entrevista reciente, publicada en el periódico The Guardian, Capriles planteaba esta pregunta: “¿Cómo han beneficiado a Venezuela sus relaciones con Irán y Bielorusia? A nosotros nos interesan los países que tienen democracia y respetan los derechos humanos, los países con los que tenemos afinidad. ¿Qué afinidad tenemos con Irán?”

Con respecto a las relaciones de Venezuela con China, Capriles dijo, en esa misma entrevista: “Todo el mundo tiene relaciones con China”. Pero desde luego no sabemos si Capriles mantendrá todos los acuerdos de “petróleo por préstamos” que Chávez ha firmado con Pekín. “Desde 2007”, informa la agencia Bloomberg, “el Banco de Desarrollo de China le ha hecho préstamos a Venezuela por un valor de 42.500 millones de dólares con la garantía de los ingresos procedentes de las reservas de petróleo más grandes del mundo”. Y ese dinero le ha dado impulso a la explosión de gastos pre-electorales del gobierno de Venezuela. China recibe actualmente 640.000 barriles de petróleo venezolano por día, y 200.000 de entre ellos son, en efecto, amortizaciones del préstamo. El 21 de septiembre de este año, Caracas y Pekín llegaron a un acuerdo para explotar la mina de oro de Las Cristinas, situada en el sur de Venezuela.

Capriles ha dicho que “nadie en el mundo puede prescindir de China”, pero declaró al periódico The Guardian que no “le comprará más armas” a Rusia, país que le ha vendido a Chávez miles de millones de dólares en equipos militares de todo tipo (desde helicópteros de combate y misiles antiaéreos hasta tanques y rifles de asalto.) El presidente venezolano es muy amigo de Vladimir Putin, que hace poco le regaló un terrier ruso negro. Los dos países han intensificado su cooperación bilateral en energía, y Caracas ha reconocido oficialmente la “independencia” de Abkhazia y Osetia del Sur, las dos provincias de la República de Georgia que Rusia invadió en 2008.

Advertisement

Muy raras veces una elección en América Latina, fuera de Brasil y México, atrae particularmente la atención de observadores extranjeros. Pero la votación del domingo tendrá repercusiones mucho más allá de las fronteras de Venezuela.

Jaime Daremblum fue embajador de Costa Rica en los Estados Unidos desde 1998 hasta 2004 y es ahora director del Centro de Estudios de América Latina en el Instituto Hudson.

Recommended

Trending on PJ Media Videos

Join the conversation as a VIP Member

Advertisement
Advertisement